miércoles, 14 de enero de 2009

ASPECTOS SOBRE LA AGRICULTURA

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Capítulo 1. Introducción

Antecedentes y objetivos
La agricultura de conservación (AC) tiene como finalidad hacer un mejor uso de los recursos agrícolas a través de un manejo integrado del suelo, el agua y los recursos biológicos disponibles, unido a una utilización limitada de los factores de producción externos. Contribuye a la conservación ambiental y a una producción agraria sostenible, gracias al mantenimiento de una cubierta orgánica permanente o semi-permanente sobre el terreno. El laboreo cero, el laboreo mínimo, la siembra directa o la rotación variada de cultivos constituyen algunos de los elementos significativos de la AC.
La adopción de la AC en la explotación se asocia a un menor nivel de mano de obra e insumos ligados al consumo energético, a rendimientos más estables y a una mejora en la capacidad de intercambio de los nutrientes del suelo. La rentabilidad de la producción agrícola en la AC tiende a ser mayor en el tiempo con relación a la agricultura convencional. Otros beneficios atribuidos a la AC en las cuencas hidrológicas son una mejor regulación de la hidrología superficial y una reducción en la carga de sedimentos de las aguas superficiales. En un ámbito global, la AC fi ja el carbono reduciendo, por tanto, el contenido de CO2 en la atmósfera y ayudando a atenuar el cambio climático. Conserva también la biodiversidad terrestre y edáfica.
La agricultura de conservación se practica en cerca de 57 millones de hectáreas, es decir, cerca del 3 por ciento de los 1 500 millones de hectáreas de tierra arable en el mundo. La mayor parte de la superficie donde se practican las técnicas de AC está localizada en América del Norte y del Sur. La AC se está extendiendo rápidamente en explotaciones pequeñas y grandes de América del Sur, donde los agricultores que la practican están constituidos en organizaciones locales, regionales y nacionales. En Europa, la Federación Europea de Agricultura de Conservación, un grupo regional, congrega asociaciones de AC en el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Portugal y España.
A pesar de estas ventajas aparentes y de las escasas excepciones notables en el mundo desarrollado, la AC se ha extendido de una forma relativamente lenta, especialmente en los sistemas de explotación de los climas templados. La transformación de la agricultura convencional a la AC requiere un agricultor cuidadoso en el manejo de la explotación y supone una inversión en la compra de nuevos equipos. Además, podrían también ser necesarios unos niveles mínimos de capital social para fomentar su expansión.
A la vista de esta situación, la finalidad del presente estudio es identificar y analizar las condiciones financieras y de otro tipo que animan a los agricultores a adoptar prácticas de AC. El estudio realiza una revisión de la bibliografía existente y analiza los aspectos económicos de la adopción de esta tecnología en la explotación. Se identifican las divergencias entre los beneficios asociables al sector privado y los beneficios nacionales o globales como resultado de la expansión de la superficie bajo AC. Se examinan también las políticas y opciones para unir ambos beneficios, particularmente si se tiene en cuenta la política actual existente tanto en los países desarrollados como en desarrollo.
El resto del capítulo examina el concepto de AC. Se discuten los beneficios económicos de la AC para desarrollar un planteamiento de actuación de ámbito nacional e internacional que promueva la adopción de la AC. Se presenta después un marco de trabajo conceptual que ayude a comprender los factores que influyen en la adopción de la AC por parte de los agricultores. El Capítulo 2 analiza la situación de la explotación en relación con las ayudas financieras y otros factores. El Capítulo 3 discute la política existente para el establecimiento de la AC y subraya las nuevas directrices para esta política. El Capítulo 4 presenta las conclusiones y recomendaciones que se derivan del estudio. Los apéndices presentan resúmenes de otros estudios examinados en el curso de esta investigación.
La definición de agricultura de conservación
La AC ha surgido como una alternativa a la agricultura convencional y como consecuencia de las pérdidas en la productividad del suelo debidas a su degradación (por ejemplo erosión y compactación). La AC busca reducir la degradación del suelo a través de diferentes prácticas que minimizan la alteración de la composición del suelo y de su estructura, así como los efectos sobre la biodiversidad natural. En general, la AC incluye cualquier práctica que reduzca, cambie/elimine el laboreo del suelo y evite la quema de rastrojos para mantener una cubierta superficial adecuada a lo largo del año (ECAF, 2001). En contraste, las formas convencionales de agricultura utilizan generalmente arados profundos para permitir la preparación del terreno (FAO, 2001). La línea entre agricultura convencional y AC es a menudo difusa ya que la agricultura convencional utiliza muchas prácticas típicas de la AC, como el laboreo mínimo o el no laboreo. Por tanto, la característica que diferencia ambas es la mentalidad del agricultor. El agricultor convencional cree que labrar el suelo suministrará beneficios a la explotación e incrementaría dicho laboreo si fuera económicamente posible. Por otra parte, el agricultor conservacionista cuestiona la necesidad del laboreo en primera instancia y se siente incómodo cuando éste se realiza.
La AC mantiene una cubierta orgánica permanente o semi-permanente en el suelo consistente en un cultivo o un acolchado. La función de esta cubierta orgánica es proteger físicamente al suelo del sol, la lluvia y el viento y alimentar la fauna y flora del suelo. En ocasiones, los microorganismos y la fauna del suelo, podrían realizar la función de laboreo y de equilibrio en los nutrientes del suelo, manteniendo por tanto, su capacidad de auto-regeneración. El laboreo cero con siembra directa es quizá el mejor ejemplo de AC ya que evita los problemas causados por el laboreo mecánico. Una rotación adecuada de cultivos constituye también una buena forma de evitar problemas de enfermedades y plagas. Las dos últimas décadas han presenciado el perfeccionamiento de las tecnologías asociadas con la agricultura de laboreo mínimo o no laboreo y su adaptación para explotaciones de prácticamente todos los tamaños, tipos de suelo y cultivos y zonas climáticas.
Algunos ejemplos de las técnicas de AC son:
· Siembra directa/plantación directa/no laboreo: el suelo permanece sin labrar desde la recolección hasta la siembra o la plantación, excepto para la aplicación de fertilizantes, que se realiza mediante inyección. La siembra o la plantación tiene lugar en un lecho de siembra estrecho o ranura creada por medio de discos de corte ondulado, escardadoras en líneas, arados de disco, arados de cincel en líneas o arados rotativos. El control de las malas hierbas se realiza fundamentalmente mediante herbicidas de bajo impacto ambiental. El cultivo es una posibilidad para el control de la emergencia de las malas hierbas. La siembra directa y el no laboreo constituyen la mejor opción para cultivos anuales.
· Laboreo en lomos: el suelo permanece sin labrar desde la recolección hasta la siembra o la plantación, excepto para la aplicación de fertilizantes, que se realiza mediante inyección. La siembra tiene lugar en un lecho preparado en lomos o caballones formados con asurcadoras, discos aporcadores, discos de corte ondulado o escardadoras en líneas. El residuo se deja en la superficie entre lomos. El control de las malas hierbas se realiza mediante herbicidas y/o cultivadores. Los caballones son reconstruidos durante el periodo de cultivo.
· Laboreo con acolchado/laboreo reducido/laboreo mínimo: se le da una labor al suelo previa a la siembra, mediante arados de cincel, cultivadores, discos o gradas. El control de las malas hierbas se realiza mediante herbicidas y/o cultivadores. En el laboreo sin volteo, el suelo se labra (pero no se invierten sus capas) inmediatamente después de la recolección para incorporar parcialmente los rastrojos o restos de los cultivos y promover la germinación de las semillas de las malas hierbas que suministran al suelo una cubierta protectora durante el periodo entre cultivos. Estas malas hierbas se destruyen posteriormente (mediante herbicidas) y se incorporan en la siembra, en una pasada, con sembradoras que no volteen la tierra.
· Cultivos de cubierta protectora: se trata de la siembra de especies apropiadas o el crecimiento de vegetación espontánea entre las fi las de árboles o en el periodo de tiempo entre cultivos anuales sucesivos, como una medida para prevenir la erosión del suelo y controlar el crecimiento de las malas hierbas. El manejo de los cultivos como cubierta protectora utiliza generalmente herbicidas con un impacto ambiental mínimo.
La definición de AC empleada en el presente estudio es más amplia que la empleada por la FAO (no laboreo con siembra directa y mantenimiento de rastrojos de cultivos como cubierta protectora, sin la incorporación de éstos, junto con rotaciones de cultivo). Esta interpretación más amplia del concepto recoge un gran número de datos y fuentes de información, ya que muchos estudios emplean diferentes definiciones de AC y la definición aquí presentada recoge la mayor parte de estas variaciones.
Un planteamiento económico para promover la agricultura de conservación
El Cuadro 1 presenta un perfil de los costos y beneficios asociados a la AC. La distinción entre impactos locales, nacionales y globales es importante, ya que posibilita el dar una explicación racional a los programas nacionales o globales que apoyan la adopción de la AC, según la importancia de los beneficios netos en cada uno de ellos. Los beneficios en un ámbito nacional son especialmente importantes y constituyen un buen argumento para conseguir un apoyo político. Uri et al. (1999a) estimaron que los beneficios derivados de la erosión (pérdidas no producidas debidas a la erosión laminar, hídrica y eólica) generados en los Estados Unidos de América, en áreas con laboreo de conservación, variaban de 90,3 a 288,8 millones de dólares EE.UU. en 1996.
Desde la perspectiva del agricultor, los beneficios de la AC pueden ser bien locales o globales (reducción de la contaminación en los sedimentos, fijación de carbono, etc.). El Cuadro 1 muestra que mientras muchos de los costos incrementales asociados a la adopción de la AC aumentan en las explotaciones, pocas líneas de beneficios hacen lo mismo en términos relativos. El Cuadro 1 parece confirmar que existe una divergencia entre el interés de la sociedad por la AC y su atractivo potencial por los agricultores.
Pocos estudios empíricos consideran los beneficios económicos de la AC en la zona agroecológica tropical, siendo la mayor parte de las experiencias recogidas para las regiones desarrolladas, como América del Norte. Por ejemplo, Stonehouse (1997) simuló en toda su extensión las prácticas de no arar y de no laboreo en el sur de Ontario, Canadá, y encontró que ambas suministraban beneficios modestamente mayores que el laboreo convencional. Las ventajas de no arar y del no laboreo eran todavía mayores si se incluían los beneficios globales. Los beneficios globales que se consideraron fueron la pesca aguas abajo y la reducción en los costos de dragado. Dichos beneficios suponían el 43 y 10 por ciento, respectivamente, de los beneficios sociales netos provenientes del laboreo de conservación. Por tanto, a pesar de los mayores beneficios marginales de la AC, la escasa capacidad para considerar los beneficios globales conlleva que la AC sea adoptada por un menor número de agricultores.
CUADRO 1Beneficios económicos potenciales y costos asociados a la agricultura de conservación y su incidencia
Costes y beneficios
Incidencia
Local
Nacional/Regional
Global
Beneficios



Reducción de los costos de explotación: ahorro de tiempo, mano de obra y mecanización


Incremento de la fertilidad y retención de humedad del suelo, incrementando el rendimiento a largo plazo, el descenso en las variaciones en los rendimientos y una mayor seguridad alimentaria
Estabilización del suelo y protección contra la erosión, que conduce a reducir la sedimentación aguas abajo


Reducción de la contaminación tóxica de las aguas superficiales y subterráneas


Caudales más regulares en los ríos, atenuación de las inundaciones y regeneración de pozos secos


Recarga de acuíferos, como resultado de una mayor infiltración


Reducción de la contaminación del aire gracias a la maquinaria de laboreo

Reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera (fijación de carbono)


Conservación de biodiversidad edáfica y terrestre


Costos



Compra de equipo de siembra especializado


Problemas de plagas a corto plazo debido al cambio en el manejo de los cultivos


Los agricultores requieren nuevos conocimientos en el manejo, lo cual demanda un mayor compromiso por parte del agricultor para aprendizaje y experimentación


La AC supone la aplicación adicional de herbicidas

Formación y operación para grupos de agricultores

Riesgo claramente percibido por los agricultores debido a la incertidumbre tecnológica

Desarrollo de un paquete de medidas adecuadas y programas de formación


Fuentes: adaptado de la ECAF, 2001 y FAO, 2001.
Otros estudios encuentran una compensación entre los beneficios económicos y el respeto al ambiente, con la adopción de prácticas agrícolas de conservación progresivamente intensivas. Kelly, Lu y Teasdale (1996) sostienen que un no laboreo estricto produce beneficios más altos que el laboreo convencional y reduce el índice de riesgo ambiental de 78,9 a 64,7. Dicho índice tiene en cuenta el riesgo de erosión del suelo, las pérdidas de fósforo y nitrógeno y la contaminación potencial por pesticidas. Con la incorporación de cultivos de cubierta protectora y reemplazando los fertilizantes por estiércol, la opción de la AC es menos rentable que el laboreo convencional. Sin embargo, el índice de riesgo ambiental alcanza 50 o incluso un valor inferior si se realiza una compensación neta económico-ambiental desde una perspectiva social.
La preocupación global sobre la degradación del suelo constituye un argumento que ayuda a apoyar una intervención en el ámbito internacional. Este argumento se sustenta no sólo en la preocupación sobre lo que sucederá dentro de cada nación individualmente sino también en la posible presencia de costos regionales o globales impuestos por la degradación del suelo. En otras palabras, podrían existir beneficios globales por adoptar la AC y otras tecnologías de mejora del suelo. El Cuadro 2 presenta una clasificación de las diferentes funciones de los ecosistemas asociadas a los recursos edáficos que podrían tener una dimensión global.
El Cuadro 2 muestra que existen beneficios potenciales globales asociados a la adopción de la AC. Por ejemplo, existe una relación entre la fijación de carbono en el suelo y el calentamiento global ya que la fijación de carbono en la materia orgánica a largo plazo reduce la carga atmosférica de carbono. Sin embargo, los beneficios asociados a dicha fijación en el suelo podrían ser inexistentes si la degradación del suelo lleva consigo una transferencia de carbono de un lugar a otro sin una liberación neta a la atmósfera. Para la AC, Uri (1999a) sostiene que «los beneficios a obtener de la fijación de carbono dependerán de hasta qué punto quede el suelo sin alterar».
En ausencia de prácticas de manejo del suelo sostenibles, la degradación de éste puede conducir a pérdidas en los cultivos y el ganado, con implicaciones regionales o globales (refugiados, hambruna, etc.). En los países donde el resto del mundo suministra asistencia, estos recursos son mal gestionados y una adopción precoz de la AC u otras prácticas podría haber evitado este problema. Además, las tierras bajo AC mantienen una fauna terrestre y una microfauna asociada al suelo que constituyen componentes de relevancia en la biodiversidad global, tal y como lo demuestra el descubrimiento de la penicilina y la estreptomicina. Por tanto, una buena conservación y un buen manejo del suelo pueden tener beneficios que el agricultor no es capaz de prever, pero que tienen implicaciones reales para el ambiente en un ámbito global.
CUADRO 2Las funciones de los ecosistemas de tierras con agricultura de conservación y las implicaciones globales de su no adopción
Funciones del ecosistema suelo(valores del uso indirecto)
Implicaciones potenciales, globales o regionales, de la degradación del suelo
Soporte para las plantas (por ejemplo cultivos) y animales (por ejemplo Ganado) introducidos
Pérdida de producción vegetal o animal, que conduce a problemas de eco-refugiados y hambrunas; se requiere intervención internacional
Soporte del hábitat de la fauna salvaje
Pérdida de biodiversidad de importancia global.
Fuente de micronutrientes para el consumo humano (por ejemplo calidad de la alimentación frente a cantidad)
Deficiencias dietéticas y enfermedades, que requieren la intervención internacional
Efecto atenuante y regulación en el ciclo hidrológico (por ejemplo drenaje, almacenamiento temporal, etc.); protección de cuencas
Inundaciones, transporte de sedimentos y problemas de sedimentación transfronterizos; una escasa infiltración trae consigo una reducción en los rendimientos de los cultivos (ver arriba)
Descomposición y reciclaje (por ejemplo vertido de aguas residuales)
Pérdida de biodiversidad de microorganismos y gusanos de tierra destacables (por ejemplo penicilina, estreptomicina); acumulación de desechos de proporciones globales
Regulación de los gases atmosféricos y de los ciclos elementales (por ejemplo fijación de carbono)
Liberación de gases relacionados con el efecto invernadero y el calentamiento global debido a la remoción de materia orgánica
Fuente: adaptado de Scherr, 1999.
Un marco de trabajo conceptual para estudiar la adopción de la agricultura de conservación
Los agricultores que adoptan una nueva técnica, acostumbrados a las prácticas convencionales, pueden hacerlo por diferentes razones, entre otras detectar una manera más eficiente y rentable de producir o el ver en una nueva técnica asociada a la AC la solución que buscaban a sus problemas. Los problemas que fomentan el posible cambio a la AC son normalmente la degradación del suelo, la erosión o el descenso en los rendimientos de los cultivos causado por el deterioro de la fertilidad del suelo. Estos puntos de vista se corresponden con el modelo tradicional de innovación en muchos otros sectores, entre ellos la agricultura (Recuadro 1).
RECUADRO 1UN MANUAL BÁSICO SOBRE LA ADOPCIÓN DE LA INNOVACIÓN Y LA DIFUSIÓN
El estudio de la adopción de la innovación y su difusión tiene sus orígenes en el Medio Oeste de los Estados Unidos de América. En un estudio de la Universidad del Estado de Iowa, Ryan y Gross (1943) mostraron que el patrón de adopción y difusión de un híbrido de maíz era sistemático (es decir regular), abriendo por tanto, la puerta a una investigación más profunda. La adopción y difusión del proceso de innovación se ha definido como la aceptación en el tiempo de un elemento específico por los individuos (o unidades de adopción) ligados a canales específicos de comunicación. La «innovación» incluye «cualquier pensamiento, comportamiento o cosa que sea nueva porque es cualitativamente diferente a las formas existentes» (Jones, 1967). Esta amplia definición recoge cualquier idea o proceso que se percibe que pueda tener una utilidad. En un contexto agrícola, podría tratarse de una nueva variedad de cultivo o de una práctica de manejo adoptada por un individuo, familia o corporación. Muchos estudios se han centrado en el que adopta, con la idea de determinar qué variables podrían contribuir a la adopción o rechazo de una innovación. Mientras que la maximización del beneficio/satisfacción es generalmente un factor determinante, otras variables como los niveles de formación de los que adoptan pueden jugar un papel determinante. Finalmente, la «difusión» es el proceso por el que una innovación se extiende en el tiempo dentro de un sistema social determinado. La Figura 1 muestra la distribución en campana de la capacidad para innovar individual y el porcentaje de individuos potenciales que se piensa que pueden estar normalmente en cada categoría. En un extremo de la distribución están los innovadores. Los innovadores son los que arriesgan y los pioneros que adoptan una innovación en una fase temprana del proceso de difusión. En el extremo opuesto se encuentran los reticentes, quienes se resisten a adoptar la innovación hasta bastante tarde en el proceso de difusión, si es que llegan a hacerlo. La Figura 2 muestra la adopción en el tiempo. Generalmente, las innovaciones se difunden en el tiempo siguiendo un patrón que recuerda una curva sigmoidal. Es decir, que la tasa de adopción de una innovación avanza en un primer periodo de forma lenta de crecimiento gradual, antes de experimentar un periodo de rápido y relativamente dramático crecimiento.
FIGURA 1 Curva de campana que muestra las categorías de innovación individual y los porcentajes dentro de cada categoría

FIGURA 2 Curva sigmoidal que representa la tasa de adopción de la innovación en el tiempo

Fuente: Surrey, 1997.
Algunos agricultores han adoptado la AC porque encontraron atractivos los beneficios inmediatos de un incremento en el rendimiento. En esta situación, el cambio en el comportamiento ha sido inducido por un incentivo financiero real, como se sugiere en el modelo clásico descrito en el Cuadro 1. Sin embargo, podría resultar inapropiado confiar en el modelo clásico como base para promover la adopción de las tecnologías de la agricultura de conservación (por ejemplo no laboreo). Esto se debe a que el modelo de adopción y difusión se basa en una «voluntad por parte del agricultor en la toma de decisiones y en el beneficio económico asociado al nuevo comportamiento» (van Es, 1983). Ya que las tecnologías de conservación podrían tener como resultado beneficios sociales netos, aunque también una pérdida financiera neta en las explotaciones, el modelo clásico mostrado en el Cuadro 1 podría no traer consigo un nivel óptimo social en la adopción de la AC.
Además, algunos autores abogan por la presencia de un proceso de innovación complejo y continuo que dirija las tecnologías agrícolas como la AC, utilizando el ejemplo del laboreo cero. Estos sistemas de innovación son no lineales y suponen interacciones complejas y reacciones entre los agentes (por ejemplo agricultores, agentes de extensión y empresas privadas). Estos autores sostienen que dichos sistemas se caracterizan por la presencia de agentes que tienen información limitada pero que están siempre en busca de nuevas oportunidades tecnológicas. Además de las acciones de los agentes individuales, las circunstancias iniciales y la retroalimentación tienen una gran importancia en el proceso de innovación, haciéndolo impredecible. La innovación tecnológica es el resultado de una mezcla particular de condiciones iniciales, acontecimientos aleatorios y tendencias a largo plazo. Como ejemplo, la respuesta de las plagas a las nuevas técnicas de control es impredecible y todavía tiene una influencia significativa en la evolución del desarrollo y adopción de la futura tecnología.
Con independencia del factor que lo motive o el modelo de adopción asumido, los agricultores consideran sólo los aspectos de operación que resultan relevantes desde una perspectiva privada. Típicamente este proceso tiene en cuenta sólo consideraciones de la propia explotación. Sin embargo, sus impactos se podrían extender a explotaciones vecinas y a futuras generaciones si las relaciones sociales y otras consideraciones en el manejo recibieran una mayor prioridad personal. A pesar de esta perspectiva más limitada, muchos factores tienen influencia sobre este punto de vista privado y ayudan a forjar decisiones sobre las nuevas tecnologías o un cambio en las prácticas de la explotación. La Figura 3 muestra una visión de este proceso.
En la Figura 3, las familias realizan una elección tecnológica y toman decisiones sobre el uso del suelo bajo las limitaciones impuestas por los atributos socio-económicos y los recursos de la explotación, así como por otros factores en un nivel más alto a escala local o global. Por ejemplo, debido a la falta de una adecuada tenencia de la tierra y un acceso al crédito, el agricultor no puede invertir en la AC si ésta requiere una gran desembolso de capital. La información sobre las nuevas tecnologías y las condiciones financieras es la precursora de los cambios en las prácticas de las explotaciones y su adquisición no supone generalmente grandes desembolsos financieros. En este sentido, los créditos del gobierno y las políticas de extensión agraria juegan un papel importante. En contraste con el funcionamiento más directo y las ayudas financieras de las políticas del sector agrícola, algunos factores sociales e institucionales tienen una influencia más indirecta. Sin embargo, todos estos factores afectan los beneficios netos, los riesgos y otros elementos monetarios que dirigen el proceso de toma de decisiones.
FIGURA 3 Marco de trabajo conceptual para estudiar la adopción de la agricultura de conservación
Fuente: adaptado de Bradshaw y Smit, 1997; y FAO, 2001.
Las percepciones de los agricultores son fundamentales en este modelo del proceso de toma de decisiones. La política cambiante y las ayudas financieras o el descenso en la calidad del recurso natural avisan al agricultor de que el patrón actual de uso de los recursos familiares podría no ser ya el deseable. Existe una discusión sobre el grado de percepción de los agricultores sobre el deterioro progresivo de los recursos naturales de base. Sin embargo, está suficientemente probado que los pequeños agricultores están generalmente al tanto de la degradación del suelo, aunque otros factores que afectan la producción podrían enmascararlo en algunas ocasiones. La Figura 3 muestra la detección de la degradación del suelo como consecuencia de los mecanismos de retroalimentación.
La AC es sólo una de las muchas opciones disponibles para los agricultores que responde a los cambios percibidos en su entorno de producción. Por ejemplo, unos pocos o todos los miembros de una familia podrían emigrar o aceptar empleos ajenos a la agricultura, o permanecer en la explotación y modificar las prácticas agrícolas. De una forma crítica, el impacto en la productividad del suelo puede ser tanto positivo como negativo, dependiendo de numerosos factores. Si las familias eligen la emigración, se podría reducir la intensidad con la que cultivan las parcelas existentes o abandonar las tierras antiguas de golpe e incorporar nuevas tierras a las áreas bajo cultivo. Esto último puede tener serias implicaciones si los agricultores transfieren las prácticas de manejo del suelo insostenibles a las nuevas áreas. Existen también muchas alternativas técnicas disponibles para los productores si eligen cambiar el manejo existente en vez de emigrar, y éstas incluyen la AC. La decisión de los agricultores individuales puede tener impactos eventuales bastante más allá de la explotación individual (Cuadro 2).
El funcionamiento de los mecanismos de retroalimentación (Figura 3) cierra el círculo y puede suponer potencialmente la serie de mejoras de auto-reforzamiento en la productividad del suelo, o la rápida degradación.
http://www.fao.org/DOCREP/005/Y2781S/y2781s03.htm#bm3.1

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